Ingeniero de estudios y de corte mental, es un apasionado de las ciencias (lo de su incursión en el mundo de las letras no deja de ser un extraño contrapunto en su trayectoria). Le gusta leer novela histórica (preferiblemente de la Edad Antigua) y mucha, mucha fantasía. Ocupa su tiempo libre escribiendo, escalando, haciendo surf y escapando de la ciudad para perderse en la naturaleza.
ENTREVISTA:
Buenos días, Daniel. Lo primero de todo es agradecerte que hayas aceptado la entrevista y hayas querido formar parte de mi pequeño blog. Espero que gracias a esta entrevista podamos conocerte un poco mejor y nos acerques a tus novelas.
¡Muchas gracias a ti, Claudia! Y de “pequeño nada”. La labor que blogs como el tuyo hacen para ayudar a los escritores noveles es muy muy grande :)
Antes de acercarnos a tu faceta de autor, me gustaría conocerte un poco como lector. Todos los autores, antes pasáis por la faceta de bibliófilos, dando después el gran paso. ¿Qué libros son los que más te marcaron?
Sí, es raro pensar en un escritor que no haya empezado como lector, ¡pero haberlos haylos! En mi caso, fueron “Momo” de Michael Ende y “La sombra del viento” de Carlos Ruiz Zafón las novelas que más me marcaron. Esta última, de hecho, fue la que me hizo querer dar los primeros pasos para cumplir el sueño de ser escritor. Me acuerdo que flipé: ¿cómo una historia podía enganchar tanto?, ¿qué clase de hechizo tenían aquellas páginas que hacían que no pudiera soltar el libro? ¡Yo quería poder hacer esa magia!
Después de eso, me atreví a ir más lejos y visité la Tierra Media, Temerant, Poniente, el Cosmere... En general, mis viajes literarios me han llevado por derroteros fantásticos de los cuales he ido aprendiendo.
Imagino que, a la hora de sentarte a escribir, tú también has tenido tus referentes. ¿Cuáles fueron esos autores y autoras cuya pluma te inspiró?
¡Uy, demasiados y de maneras muy diferentes!
Michael Ende encendió mi imaginación.
Carlos Ruiz Zafón puso en marcha en mí el sueño de escribir.
J. D. Salinger (El guardián entre el centeno) y Anthony Burgess (La naranja mecánica) me inspiraron para crear mis primeros personajes.
Laura Gallego, J. R. R. Tolkien y Patrick Rothfuss me animaron a explorar mis mundos fantásticos.
Santiago Posteguillo y Julia Navarro me mostraron el peso de una buena documentación en la creación de historias.
Y Brandon Sanderson, por último y quizá lo más importante, me enseñó a plantar el culo en la silla y a escribir, escribir y escribir. Madre mía, ¿cómo puede producir tanto ese hombre?
En tu cuenta de Twitter (@danielpcarazo), podemos leer microrrelatos que vas publicando. ¿Qué es lo que te inspiró a dedicarte a ello?
Siento ser prosaico, pero fue puro y duro marketing. Un ilustrador sube imágenes de sus obras para promocionar su trabajo, un músico lo hace con vídeos de sus conciertos, al igual que los actores y bailarines. Un escritor lo tiene un poco más difícil. ¿Cómo puede crear contenido de calidad, adaptado a redes sociales, que llame la atención y le sirva para promocionarse?
Los microcuentos fueron la solución. No me lleva mucho tiempo crearlos (vienen en estallidos de creatividad que no suelo controlar, por lo que la producción no es muy estable) y me da el germen para ideas en futuras novelas. Además, independientemente de su publicación, me gusta “coleccionar” estas pequeñas historias.
Tu primera novela, La mala costumbre de morir, nos muestra una distopía en la que el humor está muy presente. ¿Cómo combinas el humor con la ficción con tintes de terror?
Pues diría que con mucho de uno y poco de otro, la verdad. Considero que La mala costumbre de morir es una novela de aventuras con un trasfondo de crítica, dirigido desde el humor. Hay zombies, sí, pero más como un telón de fondo que uso para dar contexto a la historia que como un elemento principal. Es decir, el poco terror que pueda haber en la novela lo dan los de siempre: los humanos.
Planificar una novela no es sencillo, pues hay que tener en cuenta tanto el desarrollo de la trama como la creación de los diferentes personajes. Ir construyendo la historia poco a poco es un proceso bonito pero que requiere tiempo y esfuerzo. ¿Tienes alguna manía o rutina específicas a la hora de escribir? Algo que te ayude a continuar escribiendo hasta el punto final.
Intento no tenerlas. Ya es difícil de por sí encontrar tiempo para sentarte a escribir un tocho de 600 páginas. Si encima hay manías de por medio, la cosa se puede complicar mucho más.
Lo que podría decirte es que siempre escribo en formato digital por la evidente utilidad (¡me sorprende que aún hay gente que escribe en papel!) y que guardo varias copias de seguridad por lo que pueda pasar. Por el resto, puedo escribir tanto de día como de noche, con hambre o saciado, con ruido o en silencio, con ganas o sin ellas. Si esperas a tener el entorno perfecto para ponerte a escribir, te vas a quedar en la primera página.
Pasemos a un punto importante del proceso editorial: la recepción por parte de los lectores de la novela. Las reseñas son para los autores la mejor forma de saber si su libro gusta o no, qué mejorar y qué seguir manteniendo a la hora de escribir futuras historias. ¿Qué es lo que recomiendas a los lectores a la hora de darte su opinión?
Supongo que todas las opiniones son válidas, pero sí que es cierto que hay cierto nivel de “constructivismo” que se agradece. A veces, estas se basan en simples cuestiones de gustos y ahí no hay mucho margen para mejorar, así que este tipo de opiniones me sirven de poco. Como autor prefiero que me den datos objetivos, argumentados y sobre los que tenga control para cambiar. Eso en un mundo ideal, claro, ¡no puedo exigir!
Lo que sí puedo decir es que cuantas más opiniones haya, mejor. Independientemente de que guste o no, lo importante es que se hable de la novela, y para eso los blogs de reseñas son un arma muy potente. Quién sabe, igual lo que no le gusta a uno (por ejemplo extensión larga de la novela, acotaciones entre diálogos) a otro le encante.
Y ya para terminar, me gustaría que nos hablases un poco acerca de tus obras y de por qué los lectores de este blog disfrutarían leyéndolas.
La mala costumbre de morir surge de la idea de “¿cómo se adaptaría la humanidad a convivir en un mundo plagado de zombies sin posibilidad de salvación?”. Estamos quizá demasiado acostumbrados a tragarnos historias de terror y vísceras en las que siempre se intenta (y se consigue) luchar contra la infección. Pero, ¿por qué no dar un soplo de aire fresco al género Z?, ¿por qué no dejar de lado eso de intentar arreglar el mundo y aceptar los limones que nos da la vida?, ¿por qué no hacerlo, además, en territorio nacional?
La mala costumbre de morir invita al lector a viajar por los escenarios de una España postapocalíptica acompañado por un montón de personajes carismáticos. Visitarán una Cuenca reinventada, una Barcelona decadente y decenas de nuevos mini-Estados en los que se ha fragmentado la civilización. Se encontrarán con una versión posible de nuestro mundo que quizá, en unos años, no la encontremos tan inverosímil como nos parece ahora. ¡Todo eso si tienen tiempo para escapar de las mordeduras de los zombies, claro!
Gracias de nuevo, Daniel, por tu tiempo y tus respuestas. Gracias por querer formar parte del blog y permitirnos saber un poco más de ti.
Muchas gracias a ti, Claudia. ¡Todo un placer!
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Twitter/Instagram - @danielpcarazo
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