Título: Playa de lluvia triste
Autora: Ana Draghia
Editorial: Kiwi
Género: Romance/Juvenil
Nº de páginas: 305
Valoración personal: 2,5/5
SINOPSIS:
Abril, 1998. Port Townsend, condado de Jefferson. Una joven sale de su casa y no regresa nunca.
Veinte años después, en el pasillo de un supermercado de la misma ciudad, Ophelia se pregunta dónde se encuentra su padre. Ha llegado desde Londres para buscarlo y reclamarle la novela que le robó y firmó con su nombre, pero parece que el escritor más destacado del momento, Emanuel Fitzpatrick, ha desaparecido de la faz de la tierra. Solo quedan de él un rastro de postales que le hace llegar a su hija, aunque no está segura de que sean suyas.
Una serie de secretos oscuros empiezan a destaparse cuando encuentra una caja de fotos de Primrose Rogers, la joven que desapareció en la primavera de 1998, en el despacho de su padre.
OPINIÓN:
Son varias las novelas que he leído de Ana Draghia, y esta en concreto tenía unas reseñas tan positivas, que mis expectativas estaban demasiado altas. Y eso, muchas veces, no es bueno.
Aunque la historia está bien escrita y es entretenida, hay varios puntos que no me han gustado y los detallaré más adelante. Por lo demás, la novela se nota que está escrita con cariño y mimo.
¿Qué vamos a encontrar en esta novela? Tres misterios entrelazados entre sí a través de sus protagonistas:
1. ¿Qué pasó con Primrose Rogers?
2. ¿Dónde se ha metido Emanuel Fitzpatrick?
3. ¿Qué sucedió realmente con Ophelia, Noah e Índigo?
Esta es una novela juvenil y de misterio, donde el amor tiene una parte tan importante como su ausencia.
Ophelia echa de menos a su padre, el hombre que la ha traicionado y que ha preferido desaparecer y preocuparla, en lugar de ayudarla en el peor momento de su vida.
De esta forma, Ophelia viaja a Port Townsend, donde nada es lo que parece y sus habitantes parecen esconder un turbio secreto.
1998 y 2018 se verán entrelazados por la repetición de acontecimientos: una persona desaparece, el nombre de Primrose Roger vuelve a estar presente, aunque muchos traten de ocultarlo y la búsqueda de la verdad vuelve a traer dolor a aquellos que han perdido a alguien a quien aman.
La historia es acorde al público juvenil al que va dirigida, y por eso hay un aspecto que me ha desagradado y no puedo pasar por alto: relaciones amorosas entre adultos y adolescentes.
Lo siento, pero no veo modo de justificar una relación de un hombre de 27 años con una de 17, ni otra relación de un hombre de 26 años con otra adolescente de 17. Esos diez o nueve años de diferencia se notan mucho a esa edad, y ni Primrose ni Ophelia son tan maduras como pretenden ser.
Por otro lado, no hay ningún sentido en el hecho de que Ophelia haya podido viajar sola en avión desde Londres hasta Estados Unidos, sin el permiso de su madre. Es menor de edad, no puede comprar billetes a su antojo si luego no tiene un justificante firmado por sus padres.
Son sinsentidos dentro de la trama que no se pueden pasar por alto ni siquiera siendo ficción.
En cuanto a la parte de misterio, nuevamente llama la atención que una chica tan joven sea capaz de deducir y apreciar detalles que a muchos otros se les han pasado por alto. No tiene sentido.
Mensaje de la novela: Hay que luchar por aquello y aquellos que nos importan, pero siempre tenemos que cuidarnos a nosotros mismos. Si no puedes salir adelante por ti mismo, poco podrás hacer por los demás.
Personajes: Llegamos a un punto controvertido de la reseña, ya que los personajes son un intento de personajes complejos y redondos, pero están llenos de incoherencias. Especialmente la protagonista.
La historia nos la cuenta Ophelia en primera persona. Pese a tener diecisiete años, parece ser muy madura para su edad, hasta que te das cuenta de que eso no es así.
Ophelia es una joven de carácter fuerte, que en unos meses comenzará la universidad, y que hay cosas que tiene muy claras en la vida. Otras, que son importantes, no tanto.
Lo que este personaje tiene mejor desarrollados, son sus fallos. Ophelia comete errores típicos de una adolescente y su falta de madurez. Sin embargo, hay momentos en los que se intentan disfrazar como decisiones que tomaría un adulto, pero para nada.
Hay comportamientos de la protagonista que son más propios de un adulto, y que son contradictorios con actitudes anteriores.
La relación de Ophelia con Noah e Índigo, que se va desvelando poco a poco, es lo más realista de la novela: amistades, celos y amor intenso adolescente. Aunque hay actitudes que no pueda entender, sí son completamente coherentes y factibles entre adolescentes. Aunque sí hay un fallo importante: Cuando sucede el desastre entre Índigo, Noah y Ophelia, tienen 16 años y ya tienen permiso de conducir; la historia se da en Londres, Inglaterra, donde es necesario tener 17 años para obtener el carnet.
Vamos ahora con los personajes adultos:
Emanuel y Mina, los padres de Ophelia, la quieren pero no son capaces de ver lo que su hija realmente necesita o sufre.
Ophelia sí está dispuesta a hablar con ellos y contarles su sufrimiento, pero resulta ser otra persona la que se comporta con ella como un padre de verdad: Adam, un poeta amigo de sus padres, al que conoce de casualidad en Port Townsend.
Adam es el personaje más misterioso, principal sospechoso para Ophelia, pero también quien más trata de comprenderla, ayudarla y cuidarla cuando está sola tan lejos de casa.
Milo es un intento de escritor, obsesionado con la desaparición de su hermana Primrose cuando él tan solo tenía seis años. No tarda en convertirse en el interés amoroso de Ophelia, a pesar de la diferencia de edad.
Aunque la autora ha tratado de construir unos buenos personajes, complejos y con los que el lector pueda empatizar, finalmente ha quedado en un intento debido a las incoherencias.
Lo que más me ha gustado: Los giros argumentales en la trama y cómo se entrelazan los tres misterios.
La narración, cómo de verdad podemos acompañar a los personajes y conocer sus emociones.
La psicología que se entrevé y cómo se tratan diferentes temas que suelen ser tabú, de forma natural y sin forzarlos.
Lo que menos me ha gustado: Aparte de las relaciones inapropiadas entre un adulto y una menor, hay varios aspectos negativos que necesito destacar:
La relación entre Ophelia y Emanuel. ¿En serio puede perdonar todo? Ya no es una niña pequeña, es una adolescente a punto de empezar la universidad, si bien puede ser inmadura, lo que no es es incapaz de comprender lo que realmente sucede, y hay límites que no se deben cruzar.
Un padre que prefiere esconderse a afrontar sus errores; un hombre que abandona a su hija y a su mujer; un hombre que se escoge siempre a sí mismo y su reputación antes que a su hija. Y aun así, es Ophelia la que no quiere hacerle daño a él y no le importa ni que le robe la historia de su vida. Entiendo que le quiera incondicionalmente, lo que no tiene el menor sentido es que le justifique y le parezca bien lo que ha hecho.
Mina, la madre de Ophelia, tan preocupada por ella y sin saber nada acerca del sufrimiento de su hija. La forma descarada de mentir a su hija, cuando el resto de personas interesadas saben la verdad. No tiene defensa alguna, aunque nos la pinten de madre ejemplar.
Por último, algunos fallos de edición (guiones ausentes o mal puestos) y faltas de ortografía y gramaticales (tiempos verbales mal puestos, en su mayoría).
Conclusión: A pesar de todo, sí me ha gustado leer la novela. Las partes de misterio así como la ternura que me ha inspirado en algunos momentos, ha ganado a los momentos de decepción por las altas expectativas.
Es buena opción de lectura romántica y juvenil, y se lee de manera sencilla y rápida.